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ABC de la inclusión en los servicios de información juvenil



La inclusión es, de hecho, un término muy amplio, y debemos hablar de la inclusión en general para centrarnos en los aspectos específicos de la inclusión en los servicios de información juvenil. Esto lo hace aún más difícil de seguir, ya que en los últimos años a la conversación en torno al tema se han unido muchas comunidades marginadas, y las nuevas perspectivas y conceptos como las microagresiones o los actos sutiles de exclusión han salido a la luz cotidiana.


Así pues, cuando hablamos de inclusión debemos conocer todas las formas y todos los grupos destinatarios, y sólo entonces podremos elaborar nuestras políticas y estrategias de inclusión. Hay algunas formas de exclusión y grupos objetivo que ya tienen la visibilidad adecuada en nuestras sociedades y que la mayoría lo considera como una forma de violencia. Por ejemplo, en España se considera perfectamente normal que todos los edificios públicos sean accesibles para las personas en silla de ruedas, o que las parejas LGBTIQ+ puedan casarse. Son visibles, porque existe el respaldo social y las políticas públicas sobre cómo deben garantizarse los derechos de los diferentes colectivos. Por otro lado, hay formas emergentes de exclusión, en el sentido de que siempre han existido, pero poco a poco se van verbalizando y los grupos empiezan a defender sus derechos. Aunque se está dando cierta visibilidad a estas cuestiones, la mayoría de la sociedad sigue considerando estas formas de exclusión como normales y no violentas, o que casi no causan daño, y por ello podemos llamarlas invisibles. A menudo estos comportamientos son incluso inconscientes.

La línea que divide las cosas visibles de las invisibles es nuestra línea de tolerancia, literalmente si toleramos y aceptamos ciertos actos de exclusión, o por el contrario si nos levantamos contra ellos. Por lo tanto es imposible hacer un catálogo de las diferentes formas de exclusión, ya que pueden ser diferentes de una comunidad a otra. En el caso de España mencionaré sin duda a las mujeres, los colectivos LGBTIQ+, la comunidad gitana como los que están en el lado visible (aunque todavía queda mucho por hacer). Y todo lo que podría definirse con el término: microagresiones o actos sutiles de exclusión, especialmente si pertenecen a los grupos marginados menos visibles como las personas gordas, las personas con discapacidades invisibles o enfermos crónicos, y muchos más.

Veamos más de cerca el concepto de microagresiones y actos sutiles de exclusión (SAE)

El término microagresión es bien conocido en ciertos círculos, pero en gran medida desconocido para la mayoría de la gente. Fue mencionado por primera vez por el psiquiatra de Harvard Chester M. Pierce, y fue desarrollado posteriormente por el psicólogo de la Universidad de Columbia Derald Wing Sue. Este último autor definió las microagresiones como “indignidades verbales, conductuales y ambientales cotidianas, breves y habituales, ya sean intencionadas o no, que comunican desprecios e insultos hostiles, despectivos o negativos por motivos raciales, de género, orientación sexual y religión, dirigidos a una persona o grupo”. (Sue, Capodilupo, et al., 2007)

Las características de las microagresiones:

  1. Las microagresiones son breves: pueden consistir en una simple frase o incluso una mirada que puede pasar desapercibida muy fácilmente;

  2. Las microagresiones son frecuentes: se producen de forma regular, a menudo a diario;

  3. Las microagresiones se dirigen a grupos marginados: de forma similar a la discriminación, las más comunes se basan en la etnia (microracismo), el género (micromachismo) y la orientación sexual (microhomofobia), pero también pueden dirigirse a personas gordas o mayores, etc;

  4. Las microagresiones están normalizadas: están profundamente arraigadas en la cultura, por lo que a menudo se hacen de forma inconsciente y sin el objetivo de perjudicar realmente a alguien;

  5. Las microagresiones contienen un mensaje degradante: un mensaje que, si se analiza, puede resultar perjudicial, normalmente basado en estereotipos

  6. Las microagresiones son el resultado de las relaciones de poder: a menudo son la expresión del poder que se tiene hacia los que tienen menos poder.

Marco para identificar lo que cada SAE está comunicando implícitamente:

  1. Eres invisible

  2. Tú (o las personas como tú) eres inadecuado/a

  3. No eres un individuo

  4. No perteneces al grupo

  5. No eres normal

  6. Usted es la curiosidad

  7. Usted es una amenaza

  8. Usted es una carga

Las autoras Tiffany Jana y Michael Baran afirman en su libro “Subtle acts of exclusion (SAE)” que las microagresiones y los SAE son un gran problema y una gran razón por la que no hemos visto más avances en la creación de una sociedad más justa y equitativa. Afirman que la inclusión debe producirse de forma activa, lo que en el caso de las microagresiones significa aprender más sobre ellas para ser conscientes de los prejuicios y microagresiones interiorizados que perpetuamos; deberíamos ser capaces de alzar la voz cuando somos testigos de cualquier tipo de microagresión, y deberían establecerse políticas contra las microagresiones en cualquier organización.

Y, aunque son sutiles, a menudo inconscientes, e incluso puede ocurrir que el sujeto de la microagresión no las reconozca, o se las dirija a sí mismo, a largo plazo contribuyen a fortalecer nuestros prejuicios interiorizados hacia los diferentes grupos oprimidos, refuerzan el statu quo de lo que se considera normal en nuestras sociedades, y refuerzan y mantienen el sistema de poder. A menudo se vuelven invisibles, o confusas. “En pocas palabras, eso es lo confuso de las SAE: ocurren cuando la gente no tiene intención de hacer nada malo”. Pueden escaparse cuando intentamos hacer un cumplido a alguien (has adelgazado mucho, buen trabajo), ser curiosos (¿de dónde eres realmente?), mostrar consuelo (¿eres de Jamaica? ¡Me encanta Bob Marley!) y ser graciosos (muchos tipos de chistes).

La pregunta de siempre ¿Qué podemos hacer?

Para iniciar la conversación sobre las diferentes soluciones, me gustaría presentar un modelo de aprendizaje, que nos puede ayudar a entender como adquirir competencias para ser plenamente inclusivo (en nuestro caso). Se identifican cuatro fases de aprendizaje, que en resumen pueden describirse con esta imagen:


Lo importante es la acción que debe llevarse a cabo para pasar de una fase a otra.

1. Sensibilización – esto es esencial para hacer lo inconsciente, consciente; en otras palabras, si tenemos partes de nuestra sociedad que no entienden que los chistes racistas pueden causar mucho daño a la salud mental de los grupos racializados, y sigue haciéndolos, porque son “sólo una broma”, con la sensibilización podemos cambiar la mentalidad, y hacer que la gente reflexione que tal vez sus comportamientos no son 100% inclusivos.

2. Aprendizaje – cuando ya somos conscientes de que hay algunos aspectos que podrían mejorarse, el siguiente paso es dotarnos de las competencias necesarias para poder actuar de forma eficaz e integradora. Por ejemplo las organizaciones que comprenden la importancia de la inclusión, pero carecen de competencias para llevar a cabo actividades más inclusivas deberían fomentar el conocimiento de las personas integrantes y aymentar competencias en el campo de inclusión.

3. Práctica – por último, la práctica nos hace utilizar la competencia sin ni siquiera pensar en ella, como cuando montamos en bicicleta, no pensamos en cómo hacerlo, simplemente lo hacemos. Lo mismo ocurre con nuestras acciones, cuanto más nos centramos en la inclusión y la practicamos en la vida cotidiana, más fácil nos resulta actuar.

La información es poder

Uno de los aspectos que analizamos cuando hablamos de inclusión son las relaciones de poder, ya que las actividades de inclusión deben dirigirse a quienes tienen menos privilegios y, por tanto, se encuentran más abajo en la escala de relaciones de poder. Eurodesk, como red de servicios de información juvenil, tiene un enorme poder que puede utilizarse con fines de inclusión.

Algunas de las ideas concretas de lo que se puede hacer para reforzar las prácticas de inclusión por parte de los puntos de información juvenil

  1. Contribuir a la sensibilización: seguir informando sobre las diversas realidades de los jóvenes y los retos a los que se enfrentan a diario, hablar de las mejores prácticas de inclusión en el ámbito de la juventud, y mejor aún si esas prácticas incluyen a jóvenes de grupos invisibilizados;

  2. Ofrecer información relevante para los grupos específicos – por ejemplo, si sabemos que hay un problema relacionado con el alquiler de un piso para la población migrante, tal vez podamos preparar información adicional sobre cómo alquilar una habitación siendo migrante, o si informamos sobre las posibilidades concretas que se dieron en nuestra ciudad, añadir la información sobre cómo acceder a esta actividad desde las zonas rurales de los alrededores;

  3. Seguir y compartir el contenido de las redes sociales realizado por grupos marginados: uno de los objetivos de las acciones de inclusión es normalizar y ayudarnos a valorar la diversidad; a menudo la exclusión se debe al miedo a lo desconocido o a la falta de conocimiento, y cuantos más contenidos que muestren a grupos marginados en situaciones no estereotipadas consumamos, más mejoraremos nuestra preparación interna para trabajar con esos grupos. Algunos ejemplos a seguir:

  4. Instagram: @kevinmancojo

  5. Instagram: @magda_pineyro

  6. Comunicación inclusiva – este es un tema enorme aparte, si necesitas un poco de introducción, te recomiendo este video:


  1. Marcar en nuestro calendario las fechas importantes para las diferentes religiones y planificar en consecuencia – ¿o tal vez como gadget puedes hacer tu propio calendario inclusivo?

  2. Cuida tus propios recursos humanos – siguiendo el lema ¨personal es político¨, al estar en la posición de centro de información juvenil somos el punto de referencia para los jóvenes. Por lo tanto, es crucial que todo el personal tenga competencias específicas relacionadas con la inclusión y actúe como modelo para los jóvenes.

Por último, pero no por ello menos importante, seamos aliados, apoyemos a los grupos marginados, defendámoslos cuando sea necesario y vigilemos cuando sospechemos que pueden sufrir algún tipo de exclusión.

Si te interesa el tema de la inclusión en el trabajo con jóvenes te recomiendo la publcación Herramientas para la igualdad y la inclusión en el trabajo con jóvenes con una herramienta de autoevaluación

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Aga Byrczek 

Diversity&Inclusion trainer, expert and author

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